Grifaldo Toledo, Jorge

miércoles, 22 de enero de 2014

Versión musicada de "VACÍO"

Dedicado a Jon de Dios, por su cumpleaños


El 25 de noviembre fui invitada a recitar en Paracuellos del Jarama dentro de los actos organizados para conmemorar el "Día Internacional Contra la Violencia de Género".

Tuve la fortuna de compartir atril junto a otras escritoras y poetas de la talla de Ouka Lele, Isabel Ordaz y Leticia Oropéndola Quemada (también estaba programada la asistencia de Adriana Davidova, pero por motivos de salud no pudo asistir finalmente).

Además de este estupendo elenco de mujeres, contábamos con la participación de Moncho Otero y Rafa Mora, que forman el grupo Versos sobre el pentagrama, con el que musican poemas de distintos autores. Habitualmente podemos encontrarlos subidos al escenario de Libertad 8 para deleitarnos con sus versiones.

Todo ello organizado por Charo García Diego, que promovió incansablemente este acto hasta poder hacerlo realidad.



La verdad es que iba un poco nerviosa porque hacía un tiempo que no recitaba y por la responsabilidad de estar a la altura del resto de compañeras, así que el hecho de recitar la primera me vino muy bien, porque una vez superados lo nervios disfruté enormemente de los recitados del resto de mis compañeras.

Oropéndola me encogió el alma con sus poemas desgarrados dedicados al sufrimiento de las mujeres de Juárez...

Isabel Orgaz me sorprendió con unos textos dramatizados en los que el humor se truncaba en tragedia al ir uniendo los puntos...

Ouka Lele leyó una serie de poemas de su poemario "La llave de la jaula", donde transmite historias y sensaciones que le han ido contando a lo largo del tiempo sobre mujeres que viven enjauladas en nuestra época, mujeres que no saben o no pueden romper esos barrotes que las mantienen bajo un yugo terrible.

Y por último llegaron ellos... Rafa y Moncho... Moncho y Rafa... y nos enteramos, con tremenda sorpresa, de que los poemas que habían musicado eran de cada una de nosotras... en mi caso fue mi poema VACÍO.


En ese momento, mi amigo Jon, pareja de mi querida amiga de infancia Montse, y que habían venido a compartir este recital conmigo, sacó corriendo el móvil y se puso a grabar la actuación para poder luego dármela... pero claro, un móvil en una sala tan grande y justo desde el lado contrario no pudo captar apenas el sonido y Jon se quedó bastante apenado de no haber podido grabarlo mejor...

Lo que aún no sabíamos es que Rafa y Moncho habían grabado las versiones y nos las iban a hacer llegar... así que este post va dedicado a Jon, por su esfuerzo, por todas las veces que ha estado ahí cuando me ha hecho falta, por enamorarse de mi amiga y hacerla feliz... felicidades y que cumplas muchos mássssss




(descarga)




viernes, 17 de enero de 2014

Poema de Viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Piluka nos propone disfrutar de la lectura de Inger Elisabeth Hansen... hagámosla caso...




En esta escritora y traductora noruega se combinan la crítica lingüística
y la crítica cultural. Los juegos de palabras del poema y las audacias
sintácticas son elementos clave a través de intertextualidades que giran
muchas veces alrededor de argumentos despiadados.
La brevedad de sus poemas me permite incluir un par de ellos.


Provinciano

El prejuicio con el enemigo es que sea tan provinciano.
El enemigo, habitualmente, trata el paisaje como un agricultor.
Llega a la campiña como un granjero ensangrentado,
viene como un campesino a su tierracon sus seis pies madres y padres,
se acerca al panorama
 con su hijo de tres pies,
e
stá tan lleno de sí mismo,tan impotente.

Inger Elisabeth Hansen (Oslo, 1950)



Provinsiell

 

Feilen med fienden er at han er så provinsiell.
Fienden kommer til skjermen som en bonde, så alminnelig
Han kommer til skjermen som en bonde, med blodet sitt
Han kommer som en bonde med jorda si, med sine seks fot mødre og fedre
Han kommer til skjermen med sine tre fot barn
Han kommer så hel,
så ubehjelpelig håndlagd.



Estrategia

Cuando el enemigo llora,
al regreso traerá risas.
Cuando el enemigo llora,
debe usarse el sistema cartesiano,
convertir lo difuso y complicado en algo simple.
Cuando el enemigo grita que sabe lo que queremos.

Inger Elisabeth Hansen (Oslo, 1950)


Strategisk

 

Når fienden gråter,
tilbakefører han latteren.
Når fienden gråter,
benytter han seg av den kartesiske metoden
og tilbakefører noe uklart og komplisert, til noe enkelt.
Når fienden gråter vet han hva vi vil ha.



Inger Elisabeth Hansen (Oslo, 1950)


Últimos Poemas de viernes publicados:

jueves, 16 de enero de 2014

Cuentos de la Luna LLena (a través de Mª Pilar Couceiro)

Y al filo de la medianoche compartimos un nuevo cuento de plenilunio que nos envía Piluka para festejar la luna en todo su explendor...




La paloma negra
Emilia Pardo Bazán
(Coruña, 1851-Madrid, 1921)


Sobre el cielo, de un azul turquí resplandeciente, se agrupaban nubes cirrosas, de topacio y carmín que el sol, antes de ocultarse detrás del escueto perfil de la cordillera líbica, tiñe e inflama con tonos de incendio. Ni un soplo de aire estremece las ramas de los espinos; parecen arbustos de metal, y el desierto de arena se extiende como playazo amarillento, sin fin.

Los solitarios, que ya han rezado las oraciones vespertinas, entretejido buen pedazo de estera y paseado lentamente desde el oasis al montecillo, rodean ahora al santo monje del monasterio de Tábenas, su director espiritual, el que vino a instruirlos en vida penitente y meritoria a los ojos de Dios. De él han aprendido a dormir sobre guijarros, a levantarse con el alba, a castigar la gula con el ayuno, a sustentarse de un puñado de hierbas sazonadas con ceniza, a usar el áspero cilicio, a disciplinarse con correas de piel de onagro y permanecer horas enteras inmóviles sobre la estela de granito, con los brazos en cruz y todo el peso del cuerpo gravitando sobre una pierna. De él reciben también el consuelo y el valor que exigen tan recias mortificaciones: él, a la hora melancólica del anochecer, cuando el enemigo ronda entre las tinieblas, los entretiene y reanima contándoles doradas y dulces historias y hablándoles del fervor de las patricias romanas, que se retiraron al monte Aventino para cultivar dos virtudes: la castidad y la limosna. Al oír estos prodigios del amor divinal, los solitarios olvidan la tristeza, y la concupiscencia, domada, lanza espumarajos por sus fauces de dragón.

Pendientes de la palabra del santo monje, los solitarios no advierten que una aparición, bien extraña en el desierto, baja del montecillo y se les aproxima. Una carcajada fresca, argentina y musical como un arpegio, los hace saltar atónitos. Quien se ríe es una hermosa mujer.

De mediana estatura y delicadas proporciones, su cuerpo moreno, ceñido por estrecha túnica de gasa, color de azafrán, que cubre una red de perlas, se cimbrea ágil y nervioso, como avezado a la pantomima. Ligero zueco dorado calza su pie diminuto, y su inmensa y pesada cabellera negra, de cambiantes azulinos, entremezclada con gruesas perlas orientales, se desenrosca por los hombros y culebrea hasta el tobillo, donde sus últimas hebras se desflecan esparciendo penetrantes aromas de nardo, cinamomo y almizcle. Los ojos de la mujer son grandes, rasgados, pero los entorna en lánguido e iniciativo mohín; su boca, pálida y entreabierta, deja ver, al modular la risa, no solo los dientes de nácar, sino la sombra rosada del paladar. Agitan sus manos crótalos de marfil, y saltando y riendo, columpiando el talle y las caderas al uso de las danzarinas gaditanas, viene a colocarse frente al círculo de los anacoretas.

Algunos se cubren los ojos con las manos o se postran pegando al polvo la cara. Muchos permanecen en pie, hoscos, ceñudos, con las pupilas vibrando indignación. Uno, muy joven, tiembla, palidece y se coge a la túnica de piel de cabra del monje santo. Otro se desciñe las disciplinas de cuero que lleva arrolladas a la cintura con el ánimo de flagelar a la pecadora, y destrozar sus carnes malditas. El santo les manda detenerse por medio de una señal enérgica y, acercándose a la danzarina, exclama sin ira ni enojo:

-Hermana mía, ya sé quien eres. No te sorprendas: te conozco, aunque nunca te he visto. Sé también a qué vienes, y por qué nos buscas en esta soledad. Lo sé mejor que tú: tú crees que has venido a una cosa, y yo en verdad te digo que vienes, sin comprenderlo, a otra muy distinta. Hermanos, no temáis a la hermana: admirad sin recelo su hermosura, que al fin es obra de nuestro Padre. Miradla como yo la miro, con ojos puros, fraternales, limpios de todo infame apetito. ¿Sabéis el nombre de esta mujer?

-Yo, sí -contesta sordamente el jovencito, sin alzar la vista, sin soltar la túnica del monje-. Es la célebre cómica y bailarina a quien en Antioquia dan el sobrenombre de Margarita. Todos la adoran; Padre mío, todos se postran a sus pies; su casa parece templo de un ídolo, donde rebosan el oro y la pedrería. El diablo reside en ella y las abominaciones la ahogan y la arrastran al infierno. Retirémonos a nuestras chozas. Esta mujer infesta el aire.

El monje guarda silencio. Por último, y dirigiéndose a la comedianta, que ya no agita los crótalos ni ríe, murmura con bondad, casi familiarmente:

-Mujer, te llaman Margarita por tu beldad y porque tus amadores te han cubierto de perlas. Posees tantas como lágrimas hiciste derramar. Tus cofrecillos de sándalo y plata están atestados de riquezas. Por cada perla de esas que ganaste con el vicio, yo te anuncio que has de verter un río de lágrimas. No me mires con terror. Yo te amo más que esos que te ciñeron las sartas magníficas y te colgaron de las orejas soles de diamantes. Sí, te amo, Margarita; te esperaba ya. Ayer noche, cuando rodeada de diez a doce libertinos beodos apostaste que vendrías aquí a tentarnos, yo velaba y hacía oración en mi choza. De pronto, vi entrar por la ventanilla, revoloteando, una paloma, que más parecía un cuervo..., porque no era blanca, sino negrísima. La paloma se me posó en el hombro, arrullando y su pico de rosa me hirió aquí. Mira -el monje, apartando la túnica, muestra en el velludo pecho una señal, una doble herida roja, un profundo picotazo-. Cogí la paloma, y en vez de hacerle daño la sumergí en el ánfora donde conservamos el agua bendita para exorcizar. La paloma empezó a soltar su costra de negro fango y, blanqueando poco a poco, vino a quedar como la más pura nieve. Limpia ya, se me ocultó en el pecho..., durmió allí al calor de mi corazón amante, y por la mañana no la vi más. Tú eres ahora la paloma negra. Tú serás bien pronto la paloma blanca. Vuélvete a Antioquia; en la primera hondonada te aguardan tu silla de manos y sus portadores, y tu escolta y tus amigos y tus aduladores viles... Pero volverás, paloma mía negra; volverás a lavarte... ¡Hasta luego!

La danzarina mira al santo, incrédula, propensa todavía a mofarse, pero sintiendo la risa helada en la garganta y a la vez contemplando con horror y curiosidad la barba enmarañada y larga hasta la cintura, las demacradas mejillas, los brazos secos y descarnados y los ojos de brasa del asceta.

-¡Hasta luego, hermana! -repite él gravemente. Y con el dedo señala a la ladera del montecillo.

***

Pasan cuatro años. El santo monje, acompañado del joven solitario que con tanto miedo se agarraba a su túnica, va a orar a los lugares donde murió Cristo, y al pasar por el monte Olivete, poblado también, como el yermo, de gentes consagradas a la penitencia, se detiene ante una choza tan reducida, que no se creería vivienda de un ser humano. Al punto se abre una reja y asoma un rostro espantoso, el de una mujer momia, con la piel pegada a los huesos, los labios consumidos y los enormes ojos negros devastados por el torrente de lágrimas que sin cesar mana de ellos y cae empapando el andrajoso ropaje y el pelo revuelto, desgreñado y cubierto de polvo.

-¿De qué color estoy, padre mío? -pregunta con ansiedad infinita, en voz cavernosa, la penitente-. ¿Negra aún?

-Más blanca que la azucena; más que la túnica de los ángeles -responde el monje, e inclinándose con ternura imprime en la frente de la arrepentida el cristiano beso de paz; vuélvese después hacia el discípulo, que torvo aún por el rencor de las viejas tentaciones tiene fruncido el ceño, y murmura-. ¿No recuerda lo que dijo el Señor? Las mujeres a quienes los fariseos llaman perdidas nos precederán en el reino de los cielos.

Para que no dudéis de la verdad de las palabras del monje, añadiré que ésta es, sin variación esencial, la leyenda de la bienaventurada santa Pelagia, a quien hoy veneramos en los altares, y a quien apodaban La Perla cuando aplaudía sus pecaminosas danzas la capital de la tetrópolis de Siria.

viernes, 10 de enero de 2014

Poema de Viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Y por último... estos preciosos caligramas... el viernes próximo disfrutaremos de nuevo de los descubrimientos que nos ofrece Piluka... muchas gracias, amiga...




Y para los Reyes ¡juguetes! Corazón rojo
El Caligrama es una composición poética cuya disposición gráfica representa visualmente el contenido del texto. Durante el siglo XX, fruto de una relación más estrecha entre literatura y artes plásticas, hubo un cultivo mayor de esta forma, aunque antecedentes de la misma se pueden encontrar ya en la cultura griega clásica y en la árabe medieval.

Con el poeta cubista francés Guillaume Apollinaire, los caligramas se ponen de moda en las primeras décadas del siglo XX. El poeta creacionista chileno Vicente Huidobro ya había incluido su primer caligrama en su libro Canciones en la Noche (1913).

Aquí tenéis una gata-espejo de Huidobro y otros dos más anónimos. Dadas las características de estos poemas, he de enviarlos en formato imagen. Hay que girar la cabeza...












Últimos Poemas de viernes publicados:

Poema de Viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Y para nuestro disfrute, la cuarta entrada con los poemas enviados por Piluka en estas últimas semanas...



Todos conocen su nombre, pero, paradójicamente,
este iniciador del Modernismo en lengua española
apenas ha sido traducido a otras lenguas, posiblemente
por la dificultad de volcar en otro idioma la musicalidad
y el ritmo intrínsecos de sus poemas. Sin embargo, la
influencia del autor nicaragüense fue inmensa en los
poetas de principios del siglo XX, tanto en España
como en América.


 Año Nuevo



A las doce de la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para
Salomón.

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur.

Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco
del Arquero.

A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
lo sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.
Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;
doce aljabas cada año para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora
del Arquero.

Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruïdo con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas el murciélago Satán.
San Silvestre, bajo el palio de un zodíaco de virtudes,
del celeste Vaticano se detiene en los umbrales
mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes
inmortales.

Reza el santo y pontifica, y al mirar que viene el barco
donde en triunfo llega Enero,
ante Dios bendice al mundo y su brazo abarca el arco
y el Arquero.


Rubén Darío
(Metapa, Nicaragua -hoy Ciudad Darío-, 1867-León, Nicaragua, 1916)



Y si queréis oírlo en la hermosa voz de la escritora argentina Poly Balestrini:

Poema de Viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Piluka nos envió este poema suyo para desearnos una Feliz Navidad...


Estrella ¡Feliz Navidad a todos! Estrella
EstrellaEstrellaEstrellaEstrellaEstrellaEstrella
EstrellaEstrella

Solsticio


Si el sol pudiera reír de nuevo con una risa humilde,
sin pretensiones vanas de infinito;
sería mediatarde en nuestras manos,
tal vez, una caricia salteada
devolviendo el color, por un momento
a los ojos cerrados de tantas luces huecas,
una caricia lejos de futuros,
que encienda unos segundos la carne amortecida
impulsando los ritmos del hastío
para que marquen una danza breve.

Se queda una palabra perdida entre los fuegos oscilantes,
descansando en los límites de cafés reiterados,
de cigarrillos cómplices.
Hay huellas en la alfombra, hay perfume en el aire
y ese gesto continuo de las manos
que buscan más allá de atardeceres.

Si el sol pudiera reír de nuevo con una risa oscura,
un instante después del despertar,
rapsodia de tristezas, despojo de reencuentros.
Eso no es la nostalgia
los rescoldos del sueño no viven de certezas,
sino que reconstruyen desde la realidad de este momento,
aunque las densas gotas de la Muerte desciendan por las horas,
aunque lo turbador de la evidencia se vista de ficciones
sólo porque una cita postergada
vuelve a ser inminente.


María Pilar Couceiro


Últimos Poemas de viernes publicados:

Poema de Viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Una segunda entrada con otro de los poemas compartidos estas semanas de descanso...



El renacimiento literario irlandés está representado
por este místico en el que destaca la vertiente simbolista,
lo que no fue obstáculo para que también cultivara la
"escritura automática". Fue fundador del Abbey Theatre
(Teatro Nacional de Irlanda) y premio Nobel en 1923.
En este poema se contrapone el pesimismo de la pérdida
con la esperanza de la posibilidad. La vida misma.



«Tus ojos, que nunca antes se cansaron de los míos,
se inclinan con pesar bajo tus párpados oscilantes
porque nuestro amor declina».

Y ella responde:

«Aunque nuestro amor se desvanezca,
sigamos junto al borde de este lago,
juntos en este momento solitario
en el que la pasión, pobre criatura agotada, yace dormida.
¡Qué lejanas parecen las estrellas,
lejano brilla nuestro primer beso,
y qué cansado parece mi corazón!».

Vagan pensativos entre las hojas marchitas,
mientras él, lentamente, sosteniendo su mano, replica:

«La Pasión ha consumido
nuestros corazones errantes».

El bosque los encierra, y las hojas, ya amarillas,
caían en la penumbra como lánguidos meteoros,
sendero abajo rengueó un animal viejo y cojo.
Sobre él cae el otoño; y ahora ambos se detienen
a la orilla del lago una vez más.

Volviéndose, vio que ella arrojaba hojas muertas,
húmedas como sus ojos, y en silencio, desiertas,
cubrieron su pecho y sus cabellos.

«No te lamentes», dijo él,
«estamos vacíos porque otros amores nos esperan,
odiemos y amemos a través del tiempo imperturbable,
ante nosotros yace, interminable, lo eterno,
nuestras almas son amor y un adiós perpetuo».



William Butler Yeats (Dublin [Irlanda], 1865- Roquebrune-Cap-Martin [Francia] 1939), Efímera




«Your eyes that once were never weary of mine
Are bowed in sotrow under pendulous lids,
Because our love is waning
».

And then She:

«Although our love is waning, let us stand
By the lone border of the lake once more,
Together in that hour of gentleness
When the poor tired child, passion, falls asleep.
How far away the stars seem, and how far
Is our first kiss, and ah, how old my heart!
»

Pensive they paced along the faded leaves,
While slowly he whose hand held hers replied:
«Passion has often worn our wandering hearts».

The woods were round them, and the yellow leaves
Fell like faint meteors in the gloom, and once
A rabbit old and lame limped down the path;
Autumn was over him: and now they stood
On the lone border of the lake once more:

Turning, he saw that she had thrust dead leaves
Gathered in silence, dewy as her eyes,
In bosom and hair.

«Ah, do not mourn», he said,«That we are tired, for other loves await us;
Hate on and love through unrepining hours.
Before us lies eternity; our souls
Are love, and a continual farewell
».


William Butler Yeats, Ephemera



Últimos Poemas de viernes publicados:

Poema de Viernes (a través de Mª Pilar Couceiro)

Después de este mes de descanso, familia y festejos varios, este viernes os dejo una recopilación de los poemas que Piluka ha compartido durante estas semanas...

Feliz año a todos...



Por gentileza de mi querida amiga peruana Ana Godoy,
a la que, en nombre de nuestros lectores, doy las gracias, hoy
tenemos el privilegio de contar con un testimonio de
poesía quechua. Estos siete hermosos poemas pertenecen
al libro Canto a la naturaleza de Baltazar Azpur,
poeta peruano (1947-2004).

Dice de él nuestra remitente:

Su poesía transparente como el río se caracteriza por su aguda
destreza para crear  primorosos y mágicos versos, “cual núcleos
de harawis en diálogo con haikus japoneses”, a partir de los
elementos naturales. Azpur  abrió un camino nuevo en la
poesía  peruana del siglo XX, porque según el crítico Ricardo
González Vigil, “plasmó uno de los mejores libros de poesía 
en lengua quechua”, en el que “la visión animista de la naturaleza,
impregnada de milenarias raíces andinas, brota intensa, rica en
matices y sugerencias  sutiles en sus composiciones breves, brevísimas…” 



Poema I

El árbol
inclina su copa
y escancia
su verde vino.

Yo bebo y bebo,
en compañía del viento,
que me abraza y susurra
palabras que no entiendo.

*
Sacham
kallmanta kumuykachispan
qumir aqanta
talliykamuwan.

Ñuqañataqmi upyani, upyani,
wayrapam kuska,
wayrapa makallasqan,
wayrapa rinriy ukupi rimasqanta
mana yuyayta qapispay.
****************

Poema II

Amargo va el río:
carga más de la cuenta
 *
Piñasqam mayu ripuchkan:
qipiriynin masyarisqa.

****************

Poema III

Hoja de parra primaveral,
¿cubres la intimidad del otoño?
*
Uwaspa llaqin pawkarwaray,
¿wayrana pachapa pinqakuynin qataykuqchu kanki?

****************

Poema IV

El río corre,
salta,
lanza carcajadas:
burbujas blancas.

El río corre,
salta
se golpea y llora:
cristales rotos.
*
Mayum kallpan,
pawan,
anchata asin:
yuraq pusuqukunata.

Mayum kallpan,
pawan,
takakun, waqan:
ñutu qispikunata.

****************

Poema V

El camino trota de alegría,
corcovea y brinca
en el lomo de las mulas.

*
Ñanmi kusikuymanta kallpakachan,
pawaykachan
mulakunapa wasanpi.

****************

Poema VI

Río,
cómo cortarte en dos:
por tus extremos
sangrarías azul.

Río,
cómo detenerte:
tu larga cabellera
te ahogaría enseguida.
*
Mayu,
imaynaraq iskaypi kuchuykuykiman:
pataykikunamantam
anqas yawarta waqawaq.

Mayu,
imaynaraq qarkaykuykiman:
sunisuni chukchaykim
chaylla qiqiparachisunkiman.

****************

Poema VII

Bandada de trigales
espigas doradas de jilgueros
música canora
panecillos en la puerta del horno.
*
Triqu pampa pawachkaq qilqirukuna
triqupa rurun quriyasqa qilqirukuna
pichiwkunapa takiynin
tantachakunam urnupa punkunpiña.